Las palmeras, en especial las jóvenes, tienen un enemigo mortal: un hongo de color rosa que penetra dentro de ellas a través de heridas ya sean de poda, de un mal traslado, o de un corte hecho por un insecto. Una vez lo hace, el microorganismo se multiplica con tanta rapidez que conduce a las plantas a un triste desenlace.
Es muy importante saber cómo diagnosticar el hongo rosa de las palmeras para conocerlo, pero también para saber lo que podemos hacer para evitar que nuestras queridas plantas tengan que »vérselas» con él.
¿Qué es?
Se trata de un hongo cuyo nombre científico es Gliocadium vermoeseni que se encuentra en gran parte del mundo, especialmente en las regiones templadas y cálidas. Aunque suele aparecer con mucha más frecuencia en otoño y en invierno, en realidad puede hacerlo en cualquier época del año, puesto que lamentablemente es un hongo oportunista, es decir, aprovecha el menor signo de debilidad para causar los daños.
¿Cuáles son los síntomas?
Los síntomas son los siguientes:
- Mancha necrótica en la zona que le ha servido de entrada (herida)
- Aparición de un »polvo» rosa sobre la zona afectada
- Ralentización del crecimiento
- Debilidad general
- Muerte prematura de las hojas y posterior muerte de la planta
¿Cómo es el tratamiento o la prevención?
Por desgracia, no existe tratamiento efectivo. Afortunadamente, sí que podemos hacer varias cosas para prevenirlo, como por ejemplo utilizando herramientas de poda previamente desinfectadas con alcohol, sellar las heridas con pasta cicatrizante, tratarlas una vez al mes con fungicidas para evitar la aparición de hongos, y sobretodo no regando en exceso.
Además, si somos coleccionistas que nos gusta comprar palmeras por Internet en primavera y/o verano, no está de más pedirle al vendedor que les espolvoree cobre o azufre en el centro (ojo) para que no tengan problemas durante el viaje.
Si te han quedado dudas, no las dejes en el tintero. Pregunta. 🙂