La Washingtonia filifera es una de las especies de palmeras más comunes de las regiones templadas y cálidas del mundo. Su rápido crecimiento, su tronco prácticamente recto y sus hojas llenas de »hilos» o »pelos», hacen de ella una planta preciosa.
Además, es muy agradecida. Tanto, que casi casi se podría decir que tiene potencial invasor, aunque no te preocupes, que no lo es en absoluto 🙂 .
¿Cómo es?
Taxonomía
- Reino: Plantae
- Subreino: Tracheobionta
- División: Magnoliophyta
- Clase: Liliopsida
- Subclase: Commelinidae
- Orden: Arecales
- Familia: Arecaceae
- Subfamilia: Coryphoideae
- Tribu: Corypheae
- Género: Washingtonia
- Especie: Washingtonia filifera
Washingtonia filifera es una palmera originaria de las áreas subdesérticas de California y Baja California que fue descrita por John Lindley y Hermann Wendland y publicado en Botanische Zeitung (Berlin) en el año 1879. Popularmente se la conoce como Washingtonia de California o palmera hoja de abanico californiana.
Características
Se trata de una palmera que crece entre los 20 y los 30 metros, con un tronco grueso de hasta los 60-70cm de diámetro en su base. Las hojas son palmadas, es decir, que los folíolos o pinnas salen radialmente desde el mismo punto en el extremo del pecíolo. De estas brotan varios »hilos» como cerdas de color blanquecino.
Las flores, que surgen en primavera, se agrupan en inflorescencias que aparecen en las axilas, y son amarillentas. El fruto es elíptico u ovoide, de color negro y con un tamaño de 0,6cm de diámetro.
Puede hibridarse con la Washingtonia robusta, dando lugar a la Washingtonia filibusta, que es una planta que suele crecer como una W. robusta normal pero con más hilos en las hojas.
¿Qué cuidados especiales necesita para vivir?
En realidad, no muchos: sol, un poco de agua, tierra bien drenada y ya está. Por experiencia te puedo decir que es muy, muy fácil de mantener sana, ya que no es una palmera a la que le afecten las plagas y enfermedades habituales (a excepción del picudo rojo, por desgracia).
Dependiendo del clima, con 2 o 3 riegos por semana en verano y con 1 semanal el resto del año puede estar perfecta. Recordemos que es originaria de regiones casi desérticas, por lo que incluso si la tienes en el suelo, a partir del segundo año puedes ir espaciando más los riegos.
Con respecto al abonado, es recomendable, pero no imprescindible en el caso de que la tengas en el jardín; en maceta sí debes de abonarla durante los meses cálidos con un abono específico para palmeras (en venta aquí).
Por lo demás, decirte que resiste heladas de hasta los -10ºC, aunque prefiere los climas cálidos.
Recogí una en maceta, de la calle con una sola hoja. Ya llevo dos años intentando salvarla. le han salido hasta cuatro hojas pero tristes. Este invierno le cambiaré la tierra. Con buen drenaje como indicáis aquí. Cuando esté mejor la pasaré al suelo, a ver que tal.
saludos desde Dosrius, Barcelona
Hola Francisco.
Mucho ánimo. Ponla en una zona con luz, y tierra buena. Es posible que vaya mejorando 🙂
Saludos.