¿Cuál es el origen de las palmeras?


Cocoteros en una playa tropical

¿Alguna vez te has preguntado cuál es el origen de las palmeras? Estas plantas, que tanto nos maravillan, llevan muchísimo tiempo en la Tierra; no tanto como los árboles, ni mucho menos tanto como los helechos, pero tienen sus millones de años en sus »espaldas», o más bien raíces.

Y como este es un blog especializado en este tipo de plantas, voy a darte respuesta a esa pregunta para que, cuando vuelvas a mirar alguna de las tuyas o las de tu pueblo/ciudad, puedas sentir si cabe más admiración por ellas.

Origen de las palmeras

Los dinosaurios compartieron hábitat con muchas plantas, como las palmeras.

Los dinosaurios compartieron hábitat con muchas plantas, como las palmeras.

Las palmeras, clasificadas dentro de la familia botánica Arecaceae (antes Palmae o Palmaceae), empezaron su evolución en la era cretácica, hace unos 145 millones de años en lo que conocemos hoy como el norte de Alemania. Por aquella época el clima era muy cálido, hasta el punto de que las aguas del Ártico eran de unos 14ºC o incluso más.

Toda la superficie terrestre, que ya había empezado a dividirse y separarse en los continentes que todos conocemos, disfrutaba de unas temperaturas tropicales. Y claro, cuando las condiciones son excelentes para la vida, esta prospera y lo hace de una manera espectacular. Gracias a ello, actualmente sabemos que hay más de 3200 especies de palmeras, las cuales se concentran sobretodo en las regiones tropicales.

Esto es así porque, tras las erupciones volcánicas del Traps del Decán (India) y posteriormente tras la caída del meteorito en la Península de Yucatán (México), las temperaturas se enfriaron (más información en este artículo de La Vanguardia). Las plantas que sobrevivieron se fueron concentrando cada vez más en zonas del ecuador terrestre, que es por donde los rayos solares llegan más directos y, por consiguiente, donde hace más calor.

La palmera más vieja del mundo

Matusalén en el 2018

Matusalén, en el año 2018. // Imagen procedente de Wikimedia/Dasonnenfeld

Las semillas de algunas plantas pueden, dependiendo de sus características, »viajar» por el tiempo; es decir, mantenerse en buenas condiciones con el paso de los años. Eso es lo que sucedió con una de Phoenix dactylifera o datilera que se encontró en la fortaleza de Masada, cerca del Mar Muerto, en Israel.

Lo que más les llamó la atención de los investigadores es que, tal y como averiguaron tras someterla a diversos estudios con carbono en Suiza, la semilla tenía una antigüedad de entre los 1940 y los 2040 años. Ahí es nada.

El »problema» es que tardará en dar flor unos 30 años tras la siembra, y solo en el caso de que sea hembra. Pero así y todo, no deja de ser un descubrimiento muy interesante. Por cierto, si tienes curiosidad, le han puesto de nombre Matusalén.

¿Quieres más información? Te dejo con este vídeo (está en inglés):


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